Vicent Torres
Urbanismo ecológico en Freiburg
La ciudad de
Freiburg (habitualmente denominada Friburgo, en castellano) está situada en el
suroeste de Alemania, próxima al Rin, en el Land de Baden-Wurtemberg. Freiburg
es una ciudad en rápido crecimiento, habiendo pasado de 117.000 habitantes en
1950, a 174.000 en 1970, y 204.000 en el año 2000, y con una importante
universidad (30.000 estudiantes). Popularmente es conocida como la “capital
verde” alemana, y no sin razón. La presencia de las organizaciones de defensa
ambiental ha sido tradicionalmente importante, así como el peso de Los Verdes
en el Ayuntamiento (más del 20% de los votos, y detentan la Alcaldía).
La densidad
de edificación se ha mantenido media-alta, evitando la excesiva dispersión
residencial, y asegurando una gran cantidad de espacios libres. De las 15.306
hectáreas de superficie del término municipal, el 40% está edificado, el 10%
está ocupado por el viario, y el 50% son espacios verdes (42% áreas forestales,
3% parques, 5% viñedos).
Desde mediados de los 80, la ciudad se planteó una estrategia regional de
planificación energética, con la colaboración de la empresa (municipal) que
gestionaba la distribución de energía y los recursos hídricos. Se han puesto en
marcha instrumentos de planificación a escala regional (desde los años 90) que
han supuesto un fuerte estímulo a la participación activa de los habitantes, en
la aplicación del principio del “Desarrollo sostenible”. En el año 1996, el
Ayuntamiento de la ciudad adoptó un Plan de protección ambiental, que
tenía como objetivo reducir las emisiones de CO2 en un 20%, hasta el año 2010.
Para ello, se planteaban fundamentalmente dos estrategias:
promover las energías renovables, en particular la energía solar
emprender medidas de ahorro energético, tanto en los edificios públicos como
los privados
El casco
histórico, que coincide con el principal centro administrativo y comercial,
está completamente peatonalizado, rodeado por una ronda de circulación que
permite el acceso a una serie de edificios de aparcamiento por horas. Sólo se
permite el acceso a la carga y descarga (limitada a una franja horaria), a los
residentes y a los clientes de los hoteles. En el centro existe muy poco
aparcamiento en la calle, limitado a los usuarios autorizados. En el ensanche,
de escasa altura y con mucho arbolado, el aparcamiento en la calle está por lo
general reservado a los residentes.
El transporte público ofrece una potente red integrada, basada en el tranvía
(que entra en el casco histórico) y en el tren suburbano (S-Bahn), que forma
una red de alcance regional. Más de la mitad de los viajeros que entran
diariamente en la ciudad, procedentes de otras poblaciones, lo hacen en
bicicleta, en tranvía o en ferrocarril. En el diseño urbano, los peatones y
ciclistas disponen de prioridad. Existen 160 Kms de pistas reciclables.
Funciona un
sistema eficaz de recogida selectiva de residuos, y se ha generalizado la producción
descentralizada de energía eléctrica, en las viviendas y edificios públicos.
Los nuevos edificios están obligados a cumplir unas normas energéticas para un
bajo consumo, y a integrar el aprovechamiento pasivo y activo de la energía
solar.
La economía
está muy diversificada. Es una ciudad turística de gran atractivo, y también un
centro industrial, que atrae crecientemente un tipo de empresas que sintonizan
con las preocupaciones ambientales municipales, y muy vinculadas con la investigación
universitaria: biotecnología, energía solar... En Freiburg está la sede de
Solar-Fabrik, la principal empresa alemana fabricante de paneles solares, así
como del Instituto Fraunhofer, dedicado a la investigación aplicada relacionada
con la energía solar. Se calculan en unos 10.000 los puestos de trabajo
existentes actualmente en los sectores relacionados con el Medio Ambiente.
Debido al conjunto de actuaciones ambientales existentes, el “turismo verde” se
ha convertido ya en una actividad habitual.
Con ocasión
de la Exposición Internacional de Hannover (año 2000) se lanzó el programa
“Freiburg: ciudad solar”, que comprendía siete proyectos, entre los que pueden
destacarse el revestimiento de la torre de oficinas de la Estación central con
240 paneles fotovoltaicos, y la creación de un barrio (ver más adelante, “Am
Schlierberg”) especialmente diseñado para el máximo aprovechamiento de la
energía solar, con “tejados solares”, donde todo el tejado está formado por
placas fotovoltaicas (orientado al sur, con una inclinación de 45 grados).
Se ha creado
un Instituto para las energías Renovables, que lleva a acabo una intensa
actividad de información publica sobre las aplicaciones energéticas, y organiza
grupos de usuarios para la adquisición de instalaciones solares. La formación
de técnicos e instaladores está fomentada desde las organizaciones
empresariales, públicas y educativas, y casi todos los centros escolares tienen
su propia instalación solar, como parte de su proyecto educativo.
Las
actuaciones más destacables quizás estén, sin embargo, en el ámbito del
urbanismo y la creación de nuevos barrios con criterios ambientales y sociales
muy avanzados, que van a comentarse brevemente a continuación.
EL BARRIO DE RIESELFELD
Se trata de
un proyecto piloto, iniciado ya a mediados de los 80, aprovechando los solares
vacantes de un antiguo equipamiento regional, situado en la periferia de la
ciudad. Se decidió dedicar la mayor parte de este espacio a regenerar una zona
húmeda, creando una reserva natural de 250 Has. Una parte menor del
espacio existente (78 Has) se destinó a desarrollar un área residencial, con
unas 4.500 viviendas, donde se preveía alojar entre 10.000 y 12.000 personas.
En 1991 se lanzó un concurso de ideas, a los que siguieron numerosos concursos
arquitectónicos. La tipología edificatoria es variada: unifamiliares aisladas y
adosadas, y edificios de apartamentos. En todas las tipologías, sin embargo, se
exigían soluciones adecuadas para el aprovechamiento activo y pasivo de la
energía solar. En general, las estrategias contempladas para la reducción de
emisiones pasan por las técnicas constructivas de bajo consumo energético, la reducción de los
desplazamientos urbanos (acercando al máximo las residencias y los puestos de
trabajo), y un sistema de transporte urbano que privilegie los desplazamientos peatonales,
ciclistas y en transporte público.
Aunque la
distancia al centro de la ciudad no era excesiva (suponía unos 15 minutos, en
tranvía o bicicleta), se pretendía evitar la creación de un barrio dormitorio,
por lo que se preveían todos los servicios necesarios para convertir el barrio
en una comunidad independiente funcionalmente: escuela primaria y secundaria,
centro de salud, y áreas comerciales. En el vecino polígono comercial Haid
existen 5.000 puestos de trabajo, y otros 1.000 van a ser creados en el
interior del barrio.
Una buena
parte del barrio está cerrada a los automóviles, teniendo el carácter de
“barrio sin coches”. Sus residentes, de hecho, renuncian a ser propietarios de
un automóvil.
QUARTIER
VAUBAN
En 1992 el
Ayuntamiento adquirió los terrenos que habían quedado vacantes por la retirada
de las antiguas fuerzas de ocupación francesas (34 hectáreas), donde se decidió
llevar a cabo un proyecto que fuera emblemático desde los puntos de vista
social y ambiental.
Los objetivos principales eran:
La construcción fue planificada en tres fases, a desarrollar entre 1998 y 2006,
y comprendía 2000 residencias para un total de 5.000 personas, con una serie de
actividades económicas con un potencial de 500-600 puestos de trabajo.
Una política urbanística bien diseñada ha sido un factor clave para conseguir
sus objetivos sociales y ambientales, en el marco de una planificación
urbanística, y actuando sobre el mercado del suelo. Entre estos objetivos se
destacan:
el incremento de la densidad de edificación
realización de actividades sociales y funcionales
“enverdecimiento” de los techos planos
reutilización de las aguas de lluvia en el mismo barrio
Así, en el
barrio de Vauban todos los edificios deben satisfacer obligatoriamente las
normas de bajo consumo energético, que fijan los límites anuales para el
consumo energético destinado a la calefacción en 65 kWh/m2. Algunas casas
en hilera, orientadas en el sentido norte-sur, y dispuestas de manera que no
sean sombreadas por los edificios próximos, tienen un funcionamiento pasivo
óptimo, y consumen menos de 15 kWh/m2 en calefacción. Todos los edificios
residenciales son servidos por una instalación central para la producción de
agua caliente aprovechando biomasa y energía solar, mientras que las “casas
solares pasivas” están alimentadas al mismo tiempo por instalaciones
independientes, basadas exclusivamente en energías renovables.
El éxito de Vauban es debido, en buena parte, a la participación social en el proyecto, a través del Foro Vauban, organización sin ánimo de lucro fundada en 1994, que ha implicado a cerca de 300 personas en el proyecto del nuevo barrio. Este foro ha propuesto o llevado a cabo iniciativas como:
En 1994 también se creó GENOVA, una cooperativa especializada en la
construcción de viviendas ecológicas de bajo coste, y con participación de los
residentes, que ha construido algunas de los edificios del nuevo barrio,
dotados de instalaciones comunes de paneles solares para agua caliente, y otras
medidas solares pasivas.
La administración
municipal planteaba desde un principio que “todos debían tener la oportunidad”
de convertirse en residentes del nuevo barrio. Se buscaba conscientemente una
composición social variada, no excluyente. Por ello, se consideraron una
serie de criterios (edad, hijos, trabajo, anterior residencia, necesidad de
ayuda financiera...), y un proceso abierto y transparente de selección, donde
el municipio tenía la última palabra.
En la
primera fase del barrio, existe un 60% de propietarios, frente a un 40% en
alquiler; 25% está compuesto por trabajadores y empleados, un 55% por técnicos
y ejecutivos, y un 20% profesionales liberales; la tipología familiar también
era variada: un 10% monoparentales, 25% parejas sin hijos, y un 65% familias
con hijos; un 75% de los residentes procedía de otros barrios de la ciudad,
mientras que un 25% provenía de fuera.
Esta
diferenciación social (a pesar del alto coste del terreno -409 € por m2- y de
la construcción nueva en Alemania) venía propiciada por la tipología y la
densidad de la urbanización. La primera fase consistió, además de la
construcción de 450 viviendas nuevas (apartamentos y casas adosadas), en la
recuperación de un grupo de 10 edificios que habían sido ocupados por las
familias de los militares franceses estacionados en esa zona, y que fueron
transformados en residencia de estudiantes, un centro de acogida, y la sede el
Foro Vauban.
El papel de
las zonas verdes ha sido privilegiado en el diseño urbanístico: un importante
número de árboles de gran porte han sido conservados e integrados; unas amplias
zonas verdes (de 30 metros) se han establecido entre los edificios; gran parte
de las calles permitirán, por su orientación, el paso de aire fresco desde las
zonas boscosas de las colinas próximas; en el interior del barrio se han
reservado una serie de áreas verdes y de juego, destinadas a los niños, así
como para la actividad deportiva. A pesar de ello, se estima que cuando se
complete el barrio se habrá impermeabilizado un 50% de su superficie, por lo
que se han previsto una serie de canales de drenaje a lo largo de las calles,
de cerca de un metro de anchura.
El barrio ha
sido diseñado, de entrada, con la intención de reducir la necesidad y la
longitud de los desplazamientos: previsión de una cierta cantidad de puestos de
trabajo próximos, centros de enseñanza, servicios y lugares de ocio
relativamente próximos. Las paradas de transporte público han sido distribuidas
de manera que no disten más de 500 metros de ninguna casa. A la misma
distancia, se han situado aparcamientos. De estas maneras, se hace innecesario
el uso del automóvil, y se ha diseñado el barrio de manera que los coches no
pueden penetrar en el barrio más que por su calle principal. La mayoría del
barrio es, efectivamente, una “zona libre de coches”. La existencia de
carriles bici y de transporte público eficaz (autobuses, mientras que se está
extendiendo el tranvía a lo largo de la avenida central del barrio, que
conectará con el ferrocarril regional) sitúa el centro urbano (comercio,
oficinas, gestiones, Universidad...) aun cuarto de hora utilizando estos modos
de transporte. El automóvil, por otra parte, no puede entrar al centro urbano
(existe una serie de aparcamientos en la periferia de la ronda), mientras que
en el ensanche está muy restringido el aparcamiento.
SOLARSIEDLUNG
El barrio
solar“Am Schlierberg”, situado junto al desarrollado en Vauban, ha sido
diseñado por el arquitecto Rolf Disch, con el criterio de ser “Energie-plus”,
es decir, ser excedentario en energía: genera más energía eléctrica (mediante
placas solares) de la que consume (intercambia energía con la red eléctrica).
Los aislamientos y el comportamiento solar pasivo (iluminación, ventilación...)
están estudiados al mayor detalle, de manera que el consumo energético para
calefacción se estima en un 10% de una casa normal. Las casas adosadas tienen
“tejados solares” (todo el tejado está formado por placas fotovoltaicas),
orientados al sur, y con una inclinación de 45 grados.
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Si bien el
funcionamiento energético del barrio ha cumplido las expectativas, su
realización y ocupación está siendo más lenta de lo previsto, debido a la alta
inversión necesaria, y a los problemas financieros subsiguientes.
HELIOTROP
En las
proximidades de este barrio, el mismo arquitecto (Rolf Disch) ha creado una
casa experimental, el “Heliotrop”, un edificio de forma cilíndrica, apoyado en
una columna central de 14 metros de altura, que es un eje que permite hacerlo
girar, cambiando su orientación respecto al sol. Esta columna contiene las
instalaciones eléctricas y una escalera de caracol.
La planta
del edificio forma un polígono de 18 caras, y puede ser subdividida a voluntad
mediante mamparas. Sobre la terraza está instalado un gran panel fotovoltaico,
cuya inclinación y orientación está regulada automáticamente, según la posición
del sol. Esta instalación produce entre 5 y 6 veces la energía producida en el
edificio, además de proteger la terraza del sol, en verano.
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El edificio
tiene dos fachadas muy diferenciadas: una parte acristalada (de un material con
gran capacidad de aislamiento térmico)y otra parte no acristalada. El sistema
giratorio permite orientar la parte acristalada hacia el sur, en invierno, y
hacia el norte, en verano. Al mismo tiempo, las vistas cambian también,
aumentando su atractivo...
Existen
otros dispositivos que mejoran aún más el comportamiento ambiental del
edificio, tanto en lo que afecta al ahorro energético como al ciclo hídrico:
instalaciones radiantes utilizables tanto para la calefacción como para la
refrigeración; sistema de ventilación con recuperación de calor mediante
depósitos; recogida del agua de lluvia para el lavado de ropa y vajillas;
instalación para el reciclado de los residuos orgánicos y materias fecales;
instalación para la fito-depuración (filtro verde) de las aguas residuales...
Por su
parte, el Instituto Fraunhofer ha diseñado una casa solar dotada de una pila de
combustible (generador de electricidad mediante hidrógeno), como refuerzo para
la calefacción en invierno. El hidrógeno se acumula mediante la energía
eléctrica generada en verano por las placas fotovoltaicas de la casa.